lunes, 12 de marzo de 2012

11 M... 11

Salió de la ducha. Iba con el tiempo justo y tenía que darse prisa. Sabía que si perdía el tren otra vez, el despido era inminente. En el ambiente flotaba el humo del primer cigarro del día y todavía se percibía el olor a café recién hecho y a pan tostado.
No se molestó en secar el pelo, simplemente lo arregló con los dedos. Ventajas de llevar el pelo corto. Se puso crema hidratante en la cara y un poco de maquillaje. Perfiló las líneas de los ojos con un lápiz azul y puso una máscara, también azul, a sus pestañas. Vistió el mismo pantalón vaquero que había puesto el día anterior y sacó de su armario aquella camisa larga que le había regalado su hermano en Navidad, llena de matices azules y amarillos. Buscó en el cajón de la mesilla los pendientes, el collar, una sortija y una pulsera de lapislázuli y ámbar, herencia de su madre. Sacó del zapatero unas botas planas y azules, de ante, y las cerró sobre el pantalón.
Del perchero descolgó el viejo bolso azul de piel y metió en él todo lo necesario. Vistió un abrigo ligero negro, anudó al cuello un pañuelo de seda amarillo dorado y salió. Eran las 7:25, tiempo justo para llegar a Atocha.





Recorrió el trayecto hasta la estación andando, casi corriendo. Por el camino se cruzó con las mismas caras soñolientas de todos los días. Se preguntaba si Ana estaría esperándola en el banco de siempre o si ya se habría subido al tren. Ana era muy puntual, pero ella siempre llegaba con retraso. Aquel día no. Aquel día iba bien de tiempo.


Cuando llegó a la estación eran las 7:50. Atocha era un infierno…

4 comentarios:

  1. Un relato claro y duro porque el recuerdo nos lleva directos al suceso.
    No se si existe el destino pero a veces por décimas de segundo la desgracia pasa de largo aunque parecía tener claro su destinatario.

    Escribes con tal claridad que es una delicia leerte.

    deduzco que la foto es tuya. Buena y recordada imagen.
    abraçades i biquiños

    ResponderEliminar
  2. Pode ser que espertemos e de repente todo sea nada. Un recordo polas víctimas, tamén unha palmada para vivir cada día como se fose o último. Un saúdo

    ResponderEliminar

  3. · Dureza necesaria. El recuerdo es imprescindible... y es imprescindible también, cerrar el duelo y dejar de comerciar con el dolor de las víctimas. Nada debe ser eterno... ni la eternidad.

    · BQÑSMTS

    CR & LMA
    ________________________________
    ·

    ResponderEliminar
  4. Relato duro y directo, pero necesario para no olvidarnos de una tragedia así.
    Saludos.-

    ResponderEliminar